La disentería porcina sigue siendo una de las grandes amenazas del sector porcino y, aunque en un momento de la historia parecía que podíamos llegar a erradicarla y olvidarnos de ella, lo cierto es que desde hace un tiempo ha vuelto más fuerte.
Hoy en día, es uno de los problemas más graves de las explotaciones porcinas a nivel mundial debido a la severidad del proceso agudo y a las elevadas pérdidas indirectas que provoca cuando adquiere carácter enzoótico.
Esta enfermedad puede significar un incremento del 20% en los costes de producción, con retrasos de crecimiento y en la salida a matadero de hasta 1 mes y aumentos de los índices de conversión (IC) en hasta 0,80 puntos.
Si volvemos la vista atrás, en los años 60 y 70 la única forma viable de combatir esta enfermedad era la despoblación total y limpieza exhaustiva de las instalaciones, seguida de una repoblación. En aquellos años las explotaciones eran de menor tamaño, pero aun así ésta era una opción costosa y dolorosa para los ganaderos.
En 1971, la identificación de la bacteria causante de la disentería porcina ofreció la oportunidad de combatirla con más y mejores métodos.
Brachyspira era sensible a varios antibióticos, así que, mediante ciclos repetidos de medicación prolongada, limpieza, desinfección y control de vectores, se consiguió controlar la enfermedad. Tanto que, durante los años 90, disminuyó drásticamente su incidencia.
Actualmente, la situación es totalmente diferente.
La bacteria que aislamos presenta muchas más resistencias que antiguamente, por no hablar de lo que suponen los tratamientos prolongados en pienso o agua en el contexto del vigente Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos.
Los costes farmacológicos y la pérdida productiva de las explotaciones afectadas suponen incrementos de costes demasiado altos como para plantearse “convivir con ella”, por no hablar del riesgo que supone para el resto de explotaciones.
Entonces, ¿qué hacemos?
Recordemos algunas características de la bacteria que nos ayudarán a diseñar un plan de acción efectivo[registrados]:
BIOSEGURIDAD FRENTE A LA DISENTERÍA PORCINA
La bioseguridad, una vez más, toma el protagonismo. La primera medida, aunque obvia, creo que nunca nos cansaremos de repetirla, ¡IMPEDIR QUE ENTRE!
Una granja porcina moderna seguramente ya implementa una gran cantidad de medidas de bioseguridad externas e internas
GRANJAS LIBRES DE DISENTERIA
BIOSEGURIDAD EXTERNA
En el caso de granjas libres ...